Testimonios

No recuerdo cómo empezó, lo que recuerdo en metáfora es el que yo me sentía como en una licuadora dando vueltas sin rumbo y sin saber que yo podía salir de ahí, tenía miedo ante cualquier situación que se me ponía enfrente, me sentía sin ganas de salir, olvidaba las cosas, lo único que hacía era dormir con ganas de no despertar y todo el tiempo quería que fuera de noche, comía solo por tener que hacerlo y muy poco, vomitaba nada porque no tenía qué devolver, pero las ganas estaban y la licuadora seguía dando vueltas conmigo dentro. La gente de afuera, que no entiende lo que tú quisieras gritar y por miedo no lo haces te dice "échale ganas", sin que sepan que estás tratando de hacerlo. Pero todas las licuadoras tienen un botón...Ir a terapia fue ese botón, al apretarlo, empecé a ver que podía salir de aquella licuadora.

Xitlali, 27 años. Comerciante.

Mi experiencia al acudir con un experto en la materia de psicología fue muy buena, me ayudó a continuar con aquellas situaciones que me hicieron daño en un momento determinado de mi vida... Enseñándome cómo enfocar mis emociones... Así también me encaminaron a tomar medidas para culminar con esos síntomas que me detenían para continuar creciendo... Fue muy esencial su ayuda por que descubrí que existen métodos de sanación los cuales están a mi alcance, pero con el miedo y con la tristeza que llevaba conmigo hace años no me permitían verlos o atenderlos... Estoy muy agradecido por que con el apoyo y la dedicación que puso a mis dudas y malestares, ahora puedo continuar con todas las ganas de hacer de mi vida algo hermoso... Aprendiendo que las ganas de estar bien empiezan con uno mismo... Para mí es un ejemplo de capacidad como de empatía, de conocimientos, los cuales sacaron lo mejor de mi...

Ángel, 28 años. Policía.

Como una persona que ha recurrido a más de un terapeuta psicológico en su vida, debo decir que nunca me había sentido más cómoda con la terapia que ahora, no solo me ha dado un sentido de comodidad al decir que voy a terapia sino que me da orgullo, me da orgullo porque es algo que se hace por salud, porque habla de estar abierto a la posibilidad de un cambio a mejor, más que nada siento orgullo porque es la vez en la que más grande mejora he notado, me ha dado herramientas para enfrentar problemas de manera sana y de valorar lo que tengo y soy.

Monserrat, 16 años. Estudiante.

Nunca pensé en necesitar y mucho menos que fuera una decisión propia, el acudir con un psicólogo, había enfrentado mis problemas como yo lo iba procesando y entendiendo. Una vez que me sentí incapaz de afrontar uno y me sentí además muy triste, opté por acudir a un psicólogo que me ayudara a salir del mal momento, fue aquí donde encontré un apoyo que me inspiró confianza, con fácil comunicación y sobre todo me brindó una perspectiva diferente a la que yo tenía de lo que estaba viviendo, siento que en poco tiempo me ha ayudado bastante a sentirme mejor conmigo mismo y espero que decidan acudir con un profesional y les sirva como a mi.

Víctor, 36 años. Abogado.

Hace aproximadamente 2 años tomé la decisión de tomar terapia psicológica. Tomé esta decisión ya que tenía muchos problemas en mi vida que no sabía cómo resolver. Me sentía muy mal emocionalmente y había cosas con las que sentía que ya no podía. Esto me estaba afectando en mi salud física también. Al tocar fondo supe que necesitaba ayuda.

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Cuando comencé con la terapia no tenía muchas expectativas. Era mi último recurso y esperaba que me ayudara a sentirme mejor. En realidad me sorprendió, ya que en unos pocos meses me ayudó a descubrir quién era y lo que quería, a tratar mis miedos y a darme herramientas para tener una vida feliz y plena. Supe cómo canalizar mis emociones de una manera sana y me ayudó a aprender a manejar de la mejor manera las situaciones que se van presentando en mi día a día.

Ahora me siento muy tranquila emocionalmente y aunque siempre se sigan presentando problemas. Sé que ahora tengo la inteligencia emocional para afrontar los problemas y buscar soluciones.